Nuestra historia

We are the oldest continuous non-public K-12 school in the state of Alabama. The Sisters of Loretto, an order of nuns from Kentucky, arrived to Montgomery in 1873 at the request of Bishop Quinlan of Mobile. They purchased the Gerald Mansion (see below, circa 1930) and founded St. Mary of Loretto School for girls. The opening of the school was delayed until Octubre of that first year because of a yellow fever epidemic, but the sisters cared for the sick in such a generous way they instantly earned respect and admiration in the city.

A medida que la población crecía y cambiaba, el edificio fue renovado varias veces de la mano de padres, feligreses y jóvenes ex alumnos. En 1890, se añadió a la propiedad un nuevo edificio de la academia para aliviar el hacinamiento y dar cabida a los cursos comerciales. En 1929, a petición de la parroquia de St. Peter, St. Mary's pasó a ser mixta y volvió a reformar sus instalaciones. El Club de Madres de St. Mary's se encargó del siguiente proyecto de recaudación de fondos, añadiendo la "pequeña escuela roja" en 1938.

A 1944 restoration drive slowed the deterioration of the main campus buildings until 1952, when grades 7-12 moved to the new building on Adams Avenue, this time funded by St. Peter’s, St. Andrew’s and St. Bede’s parishes, along with many individual donors. The high school was renamed to “Montgomery Catholic High.” The grade school could not handle any more expansion, so a new “St. Bede Elementary” school opened its first classes in 1956 to relieve overcrowding. There was now room for many of the 200 Catholic children who had been previously turned away.

En 1962, la mansión original de Gerald fue condenada. Los últimos alumnos de primaria fueron trasladados a la escuela Our Lady Queen of Mercy. Mientras tanto, un comité comenzó a buscar un hogar más grande para la escuela secundaria, que estaba encerrada detrás de San Pedro. El padre Powell dirigió otra campaña de construcción y trasladó la escuela a su ubicación actual en Vaughn Road en 1965. En aquel momento, el 5350 de Vaughn Road era poco más que un pasto de vacas más allá de los límites exteriores del este de la ciudad, pero las Hermanas, los padres, los profesores y los alumnos lo convirtieron rápidamente en su nuevo hogar.

En los años intermedios se añadieron el gimnasio de la escuela y los campos de atletismo, se climatizaron las salas, se movieron las paredes y se cubrieron los pasillos.

A lo largo de nuestra historia, hemos sido bendecidos en Montgomery con un liderazgo visionario. En 1987, el entonces director Dr. Thomas Doyle convocó un comité de padres para estudiar las necesidades de la educación católica en Montgomery. Después de un año completo de estudio, incluyendo encuestas a los feligreses de todo Montgomery, la conclusión fue que nuestro sistema educativo necesitaba una escuela intermedia, adyacente a la escuela secundaria, pero separada de ella en términos de programa y filosofía. Para llevar a cabo esta idea, se invitó a todos los párrocos, directores y consejos escolares del área metropolitana de Montgomery, tanto del lado este como del oeste de la ciudad, a una reunión en la cafetería del instituto para debatir si querían unirse a un consejo regional, cuyo objetivo sería planificar juntos una escuela media, así como abordar otras áreas de interés mutuo, un cambio del modelo parroquial, en el que cada institución se hunde o nada por su cuenta. En una reunión celebrada en abril de 1990, cada escuela católica de Montgomery, con su párroco, su director y los miembros de su junta directiva, votaron si se unían a esta junta regional o si seguían por su cuenta. Queen of Mercy, Catholic y St. Bede votaron a favor de regionalizarse bajo esta Junta, mientras que St. Jude, Resurrection y luego St. John's, debido a sus misiones históricamente diferentes, votaron a favor de seguir un camino separado pero paralelo dentro de sus comunidades escolares. Esto marcó el inicio de lo que entonces se llamó "Junta Unificada".

La máxima prioridad de esta Junta desde el principio fue la construcción de una escuela intermedia que sirviera a nuestros 7º y 8º grados. Después de algunos retrasos basados en la promesa de un terreno que nunca se materializó, la Junta puso en marcha un plan de mejoras de capital en 5 fases para la ubicación existente en Vaughn Road, que fue aprobado por el obispo en 1995. La Junta pensó que, para construir una escuela secundaria, teníamos que resolver primero algunos problemas de infraestructura, reconociendo que necesitábamos una biblioteca más grande, más aparcamientos, más laboratorios de ciencias y unas instalaciones deportivas mejores y más amplias para atender a los 150-200 alumnos adicionales que traería una escuela secundaria. En 1996-97 se llevó a cabo una campaña de capital. Recaudamos cerca de 2 millones de dólares, y los utilizamos para completar el centro Belke en 1998, que lleva el nombre de la Hermana Martha Belke, que enseñó Ciencias Físicas en nuestra escuela durante 35 años y la última de las 117 Hermanas de Loretto que enseñó en nuestra escuela. La hermana Martha (a la derecha) aceptó el premio con humildad.

En la segunda fase, abordamos la cuestión de los campos deportivos. Esto fue financiado principalmente por una campaña de ex alumnos en 2001, apenas cinco años después. Gracias a estos fondos, pudimos añadir un nuevo y magnífico estadio de fútbol, un campo de béisbol, un campo de softball, un campo de prácticas y un puesto de venta. La entrada a nuestras instalaciones está marcada por la puerta de MCPS.

Como complemento a esta fase, hemos podido mejorar significativamente nuestro gimnasio, con nuevas gradas, nuevas ventanas, nuevos suelos de baldosas en los vestíbulos, una zona de concesión renovada y una zona de vestíbulo ampliada. La mayoría de estas mejoras fueron realizadas por nuestro activo Club de Animación. 

En el otoño de 2004, abrimos la escuela media (fase III) para los grados 7-8, cambiando la estructura de nuestras escuelas primarias K-8 en escuelas K-6. La escuela intermedia tiene 8 aulas, una sala de banda que nos ha permitido comenzar un programa de banda (para los estudiantes de la escuela intermedia y secundaria), baños y oficinas centrales. Apropiadamente, fue nombrada en honor al Dr. Thomas Doyle, quien concibió la escuela intermedia años antes y quien sirvió honorablemente en nuestra escuela secundaria desde 1973 hasta 2001 como su director y presidente.

Desde los Concilios de Baltimore de finales del siglo XIX, que declararon que debía haber una "escuela católica en cada parroquia", la educación católica ha sido esencialmente parroquial. Este modelo ha servido bien a nuestra Iglesia; junto con el heroico compromiso de las monjas, las escuelas católicas prosperaron, ayudando a cientos de miles de inmigrantes y otros a convertirse en ciudadanos productivos de clase media.

Pero a pesar del éxito de este modelo, la Junta Unificada reconoció que el modelo parroquial no era sostenible en Montgomery si se quería que la educación católica floreciera en el siglo XXI. Había cinco razones para ello:

1) En primer lugar, las monjas desaparecieron y fueron sustituidas por profesores laicos, lo que presionó a las escuelas para que aumentasen las matrículas y les pagasen salarios dignos. Las escuelas católicas no podían seguir siendo viables como la educación privada más barata de la ciudad;

2) Los cambios demográficos estaban presionando a las escuelas para que se trasladaran y cerraran. Las escuelas que antes servían a barrios prósperos de clase media ya no lo hacían.

3) La competencia entre las escuelas privadas K-12 ha aumentado drásticamente. En el área metropolitana de Montgomery hay 31 escuelas privadas y parroquiales para elegir. Además, las escuelas públicas magnet han demostrado ser una opción atractiva para muchas familias.

4) La configuración tradicional de nuestros colegios como escuelas primarias K-8 (normalmente situadas en terrenos parroquiales) y escuelas secundarias 9-12 (en otro lugar) no es un modelo competitivo frente a la escuela privada K-12. Las escuelas K-8 rara vez pueden ofrecer a sus alumnos un verdadero programa de enseñanza media, con un horario, una estructura y una administración separados que se orienten a las necesidades de los jóvenes adolescentes. En consecuencia, los alumnos mayores de las escuelas K-8 suelen sentirse "mimados". Además, al no compartir espacio con la escuela secundaria, las escuelas K-8 no suelen poder dar a sus alumnos acceso a instalaciones deportivas de primera categoría, programas musicales, bibliotecas o laboratorios de ciencias bien equipados.

5) Lamentablemente, los valores culturales de nuestra sociedad han cambiado. La clase social a menudo nos define más que nuestra fe. El objetivo principal de los padres católicos de educar a sus hijos en la fe como LA razón para enviar a sus hijos a las escuelas católicas ya no es tan importante. A menudo, lo que los padres quieren de las escuelas religiosas se reduce a los buenos modales. Los modales pueden enseñarse igual de bien, incluso mejor, en los colegios privados de élite o en las escuelas cristianas evangélicas, que normalmente no atienden a un alumnado tan diverso.

Por estas razones, la Junta Unificada propuso al Arzobispo una idea común en el mundo de los negocios pero mucho menos común en las escuelas católicas: regionalizar nuestra escuela. En 2001, el arzobispo Lipscomb aprobó la fusión de St. Bede, la Escuela Media y la Escuela Secundaria, que anteriormente funcionaban como escuelas "independientes", en una sola escuela K-12, "Montgomery Catholic Preparatory School", dirigida por una Junta y un presidente. Aunque cada "campus" de MCPS tenía su propio director, consejo asesor y plan de estudios único, todas las operaciones financieras y la elaboración de presupuestos estaban ahora bajo los auspicios del presidente y toda la política de la escuela era establecida por la Junta. 

Los resultados de esta regionalización, junto con las amplias mejoras de capital iniciadas en 1998, fueron muy alentadores: La escuela intermedia llegó a un máximo de 200 alumnos, lo que hizo que 90-100 alumnos entraran cada año en la escuela secundaria e incluso creó picos de admisión en St. Bede, ya que la entrada a nuestra escuela intermedia sólo está garantizada si los alumnos completan con éxito nuestro programa de 6º grado. La matrícula total creció casi un 20% en dos años, lo que nos obligó a pasar a la fase IV de nuestro plan de cinco fases. Necesitábamos más aulas. En consecuencia, en 2006 la Junta aprobó una iniciativa de capital de 3 millones de dólares para construir una nueva cafetería, convirtiendo nuestra antigua cafetería en espacio para las aulas (Miles Hall), así como para realizar las mejoras de infraestructura necesarias en nuestro campus de St. La nueva cafetería, el Centro de Actividades Dolly Barranco y el Miles Hall se inauguraron en otoño de 2008.